Intensa mirada. Suave bocanada. Complicidad desata

Intensa mirada. Suave bocanada. Complicidad desata
Cuando por fin me avisaron que mi propuesta de negocios fue aceptada por un importante cliente en España. Supe que viajaría en a lo sumo un mes más y esta vez tenia planificado hacerlo de manera diferente, aprovechando también para descansar una semana que ya tenia autorizada tomarme de vacaciones.

Y así fue como lo hice. Llegué una semana antes de ir a presentarme formalmente al directorio de la empresa a la cual asesoraría. Aterricé en Madrid y de inmediato me fuí a las afueras de la ciudad, a un pequeño hotel boutique en la zona rural que me permitiría desconectarme de los trajes y mi rutina ejecutiva habitual. Escogí este lugar justamente por eso…el aire campestre, el estilo griego de su arquitectura con mucho lino y algodón para vestir sus instalaciones, muebles y ventanas. Además, por estar pintado y decorado en tonos crema, hacia que sus espacios fuesen muy luminosos y sencillos. En otro aspecto, sus dueños y familia junto a una docena de jóvenes veinteañeros como personal, otorgaban una atención personalizada y con calor de hogar a sus huéspedes. Que eran siempre muy pocos, dado que tenían solo 10 habitaciones repartidas en diferentes partes de la villa. Lo que a uno como visitante de esta joyita de hotel, te brinda si lo deseas mucho espacio y privacidad.

Para completar sus instalaciones, contaban con una larga y mediterránea piscina. A un costado de ella, en el exterior, se ubicaba la barra de tragos y anexa a esta, pero en el interior del edificio central donde estaba la administración y recepción del hotel, funcionaba un acogedor restaurant abierto a toda la comunidad y que daba vida permanente este hermoso oasis rural. A la hora de almuerzo y a partir de las 7 pm de cada día, se llenaba de comensales que disfrutaban de las preparaciones caseras sumamente deliciosas por las cuales este lugar era muy conocido en la zona.

En cuanto puse un pié en el hotel me sentí cómodo y más relajado, lo que me motivó a bajar de inmediato a la barra que se extendía a un lado de la piscina. Disfrutar al aire libre acompañado de una cerveza, me hizo fijarme en los movimientos de mi alrededor. Los comensales que reían y copaban largas mesas como si fuese su casa, los raudos movimientos de los jóvenes que atendían, la dedicación y cariño de parte de sus dueños por todos los que poblábamos la villa. También me entere al pasar, que los huéspedes tan solo ocupábamos en esos momentos 3 habitaciones. No pude sino sentir alegría por haber optado hospedarme acá.

Estando en mi tercera cerveza, noté en cuanto entró, una chica nueva que se incorporaba al cambio de turno, para reforzar la atención de los comensales de la tarde y noche. El mayor movimiento de la barra y el restaurante aumentaban a medida que el día se iba ablandando.

La cuestión es que esta sensual joven me pareció tan interesantemente seductora que ya no pude despegarle la mirada. Yo era muy consciente en tratar de no mirarla, pero estaba más que intrigado por su presencia. Ella era diferente de una manera que estaba tratando de juzgar y tenía que intentar averiguar por lo menos.

No era una belleza en el sentido clásico de la palabra, era poseedora de una hermosura exótica y aún más potente energía en bruto que hacia me sintiera atraído por ella. Pude ver que tenía los ojos oscuros, casi negros y brillantes. Morena de piel tostada, de pelo azabache que parecía vivo y libre al caer algo salvaje sobre sus hombros. Su figura rápidamente le adiviné, eran deliciosas formas que jugaban debajo de un recién lavado uniforme del hotel. Los botones de la blusa abiertos hasta su escote mantenían en un endeble encierro sus pechos pequeños perfectos como unas peras. De hecho, cuando ella trajo mi cuarta cerveza no pude dejar de mirar ni menos notar la falta de sostén mientras se inclinaba ligeramente por encima de mi mesa. El ribete de su blusa ligeramente separado revelaban unos frutos bien torneados. Dios, que atractiva mujer !!. Hubo un momento en que me dí cuenta que tenía que dejar de mirar, pero cuando ella levantó la vista hacia mí no tenía ninguna preocupación por haberme asomado un poco demasiado.

“ ¡ Puedo conseguir cualquier otra cosa que desee, además de su cerveza ! ” Me dijo con una sonrisa encantadora levantando la mirada al tiempo que reducía aún más la distancia entre sus pechos y el angulo que permitía una visual perfecta a ellos.

“Oh, gracias no, esto es simplemente genial gracias.” Respondí un poco enredado y estúpido.

“Bueno, sólo quiero que me haga saber si pudiera interesarle cualquier otra cosa en el bar o restaurante,” y con ese comentario, se alejó dejándome lleno de preguntas acerca de qué más me podría interesar en el mundo aparte de ella.

Me entretuve o mas bien estuve magnetizado una hora mas por lo menos mirando de reojo, vez que podía sin ser descubierto… que hacía , como se movía, la manera en que su pelo brincaba o la dulce tortura de ver como se meneaba su figura al caminar…

Su indómita personalidad, era reflejo de un apasionado espíritu libre que la impulsaba y destilaba en su lenguaje corporal, añadiendo un atractivo sexual que me hacía por lo menos perder el respeto de no besarla ahí mismo. Creo que ella lo sabía y tenía claro que estaba creando una intensa reacción en mí. Tal vez no escondo muy bien mis intenciones, pero presiento que ella me leería de igual manera aunque lo intentara ocultar con alta estrategia y cinismo.
Ella era demasiado….. Ella !! y profundamente excitante para mí , así que calcule que con el camuflaje que intentase vestirme….me descubriría de igual forma en cuanto coincidieran nuestras miradas . Es más, mientras se movía alrededor, no pude contenerme y me paré con cualquier excusa a encontrármela en mi camino y ella a su vez, pasaba demasiado cerca mío para que fuese una intención casual. Y esa mirada furtiva irreverente que añadía al pasar, denotaba que estaba disfrutando el interés sin sosiego que provocaba en mi.

La noche llegó a su fin, y con ella, su turno de trabajo terminaría luego también. Decidí que estaba a punto de perder la razón , compostura y caballerosidad … así que me obligué a irme, aunque fuese muy despacio caminando a mi habitación.

Al poco andar noté, que parecía estar en la única habitación ocupada con vista a la piscina central. Y luego pensé que mañana me haría bien nadar.

Al día siguiente. El desayuno llegó y se fue sin mucho interés. Me aseguré de tener la mejor visión por si aparecía ella. Ese momento, sin embargo, nunca se materializó por lo que se vio desinflada mi motivación de permanecer demasiado en el restaurante del hotel.

De vuelta en mi habitación, abrí las persianas totalmente, para salir al pequeño balcón a disfrutar de un cigarrillo sintiendo que la extrañaba. Al salir y asomarme la vi en la piscina. Estaba allí casi completamente desnuda y sola. Debajo de mi balcón y a unos 5 metros más hacia la izquierda, sentada en el borde de la piscina apoyada en un poste de madera, con una pierna languidecida en el agua.

Casi doy un paso hacia atrás para salir de su visión y retirarme como un caballero, pero el deseo me detuvo los segundos suficientes, como para que ella girara un poco al alzar la vista, encontrándose nuestras miradas sonriéndome sutil, y como si nada tocarse los pechos.

Esa mirada que me dio me tomó como rehén, y al mismo tiempo significaba la aceptación de que yo estuviese como un espectador privilegiado. Como si fuese un acuerdo tácito entre nosotros desde siempre, que lo que íbamos a vivir y compartir ahora que estábamos solos era un derecho inalienable, algo que solo nosotros sabíamos cuanto deseábamos ocurriera . Así que me quedé observándola desde el balcón. Podía admirar toda la extensión de su cuerpo mientras se sentaba sin preocupaciones, con nada más que un ligero pareo atado casualmente alrededor de su cintura revelando las curvaturas de su cuerpo insolentemente perfecto. Y veo con nitidez incluso los espacios mas recónditos de ella desnuda.

El corazón se me acelera de golpe acompañado de una punzada profunda en la ingle. Mi pene responde al deseo que me provocaba la visión incendiaria de su cuerpo, dispuesto para mi y con licencia para disfrutar a mi antojo recorrerlo milímetro a milímetro… lo que me provocaba incluso una especie de vergüenza, por querer depredar con mi boca ese paisaje maravilloso, que me volvía loco, me lubricaba y manchaba mi pantalón…por primera vez le vi el tatuaje debajo del hombro. Solo me ratificaba lo que estaba viendo en esos momentos. La niña traviesa y su espíritu salvaje que se agitaba por exprimirnos a ambos de placer. Ser testigo de como esa fuerza indómita que sentí desde que la vi por primera vez tomaba el gobierno de su cuerpo. Ella sabia no había nadie mas presente que la cohibiera y tuve el honor privilegiado de oír el primer breve gemido que la lanzo como toda una mujer a perseguir el deseo que la hacia temblar y hacer lo necesario para aplacarlo. Esa visión endureció mi miembro, estirándome la piel latiendo, luchando por salir a acompañarla en la libertad de gozar, gozarme, gozarnos. Durante un breve momento, creí que mi mirada hacia ella era demasiado descarada y lasciva, mi pija estaba rígida y caliente al punto que todos mis líquidos se agolpaban por querer explotar.

Y sin decir absolutamente nada. Ella cada vez que yo sentía la necesidad de apartar la vista , volteaba brevemente hacia mí con una mirada coqueta de cómplice sin culpa, que me absolvía de cualquier pecado que me hiciese pensar no seguir a su lado presenciandola.

Al verme con mi cigarrillo en la mano volvió a sonreír casi en una forma de agradecimiento y procedió a encenderse uno a sí misma también. Sus movimientos eran increíblemente sensuales, incluso los que hacia al fumar. Cerrando los ojos, viendo el humo salir de ella domesticado, tomando bocanadas como remolino circulando en la boca, saboreando el placer de un acto tan tabú.

Apenas nuestras miradas se separaron, ella separó las piernas, dando paso a copar con su mano entera por debajo su tesoro personal, un dulce entre sus muslos. Mientras sus dedos se pusieron a bailar en labios y pliegues. Hacerlos circular transformando esos trozos de delicada piel en una flor tropical colgante. Abismantemente deseable. No creo poder imaginar que su coño pudiese ser más precioso que como lo estaba viendo. El cuerpo de un ángel en toda su magnitud y perfección al desplegar sus alas. Su sexo entero un espíritu libre, perfectamente diseñado para el placer.

Sus dedos comenzaron a ir a absorber sus jugos mientras se masturbaba en una forma que no había visto a una chica hacerlo antes. Masajeando sus pliegues y escondites con los dedos frotando al pasar su clítoris antes de sumergirse profundamente en su coño y cada vez los hundía de nuevo, permitiendoles en cada nueva embestida el acceso más profundo aún. Ella no era delicada de una manera femenina, frotaba con la necesidad e intensidad de lograr a punta de gemidos y contracciones apagar el fuego… era rabiosa para hacérselo incluso, pero a la vez tan en sintonía con lo que su cuerpo le pedía.

Yo, ya tenía lo que siempre había soñado con presenciar, una hermosa concha derritiéndose de placer salvaje, casi insaciable de llenado.

Mi pene latía como mis ojos. Tan caliente que creo no era posible para ella ver la rapidez de mi mano en movimiento dentro de mis pantalones, que encontró camino a lo largo de un eje duro de mi pija en ese espacio y no nos dábamos respiro ni tregua tampoco, no había control de este momento. En vano trataba de deslizar hacia abajo mi prepucio y juntar algo de ritmo. Desesperadamente quería corrermela queriendo igualar la velocidad del movimiento de sus dedos, ella estaba construyendo un ritmo con sus golpes y arremetidas. Yo me destrozaba la pija de deseo. Observé con atención mientras ella manejaba su sexo, abriéndose de par en par de una manera tan erótica, que mi pene no pudo contener algunas gotas de escape de líquido seminal. No, no quería correrme…!!! Todavía no!! No antes que mi hermosa mujer y su vagina perfecta quisiese correrse. El momento para fundirnos y ser uno … no seria determinado al azar.

Tuve que retirar mi mano por un momento para tratar de detener la explosión del volcán que sentía subir por mi polla. Tenía que controlar ese tsunami de sensaciones dentro de mí.

Miré de nuevo a mi chica, sus dedos follando su coño mas duro que antes. Sí, ella estaba encerrada en su mundo de placer que pude ver que estaba cerca del orgasmo. Siiií, acaba conmigo pensé… mientras que mi mano iba a encontrar su camino de regreso a mi polla hard rock y frotármelo resbaloso por toda la cabeza…estábamos en un momento de puro éxtasis juntos teniendo cada uno que ocuparse de su cuerpos para llegar juntos a ese lugar de liberación final. Yo sólo podía escuchar su respiración aún más pesada, que se transformo en gemidos de gloria. Mientras que mi palpitante pija apretada en la palma de la mano… ya sin control brotó a chorros semen blanco sobre mis dedos, en el suelo del balcón, y algo se derramo hacia abajo.

Quizás ella también escucho mis gemidos de euforia y placer…porque llevo sus dedos empapados y con ternura a la boca para permitir a los labios saborear la dulzura de sus acciones. Y mientras lo hacía soporté el último estremecimiento de mi erección.

Ella dejó caer su pareo mientras se levantaba y se metió en la piscina dando la espalda finalmente a mí. Me pareció que era el momento de dar un paso atrás por el balcón. Ciertamente, lo que necesitaba para limpiar mi desorden y equilibrar mis pensamientos en una ducha de agua fría antes de salir de mi habitación. Tal vez podría verla más tarde, enseguida me dije que mejor No.

Lo que compartimos fue algo que no se necesita echar a perder con las palabras. Fue perfecto como lo fue. Inolvidable hasta el último aliento de vida que tenga.

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