El maravilloso mundo declo femenino. Capítulo 2

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El maravilloso mundo declo femenino. Capítulo 2
El maravilloso mundo de lo femenino; Capitulo 2.

Pensaba que se habría olvidado. Yo no. Volví al Mercadona a hacer la compra y pasé por la sección de perfumería para saludar a Marga, y ver si lo de maquillarme fue un efecto de las cervezas o si realmente ella tenia tantas ganas como pareció.

Y si, tenia ganas. En cuanto nos saludamos me dijo: “Bueno qué, te decides?”. Yo estoy totalmente decidida le dije. Usé el femenino al lado de una señora mayor que me miró asombrada. Marga y yo nos reímos mucho cuando se fue. Quedamos en que el viernes se pasaba por casa después de cerrar la tienda.

Imaginaros como pasé la tarde del viernes, totalmente excitada y nerviosa. Sólo hablamos del maquillaje, no de que me vistiese así que la esperé de chico. Llegó puntual. Se había arreglado, se notaba un montón. Venia en tacones, bien maquillada, con unos leggins espectaculares y una blusa amplia ceñida con un cinturón. Ni que decir tiene que me puse como una moto. Me dio un beso en la mejilla normal, de amigas. “Otra vez te he vuelto a dejar el labial”. Pero esta vez me lo limpió con la mano. Saqué unas cervezas, charlamos, y me pidió que le enseñara mis cosas de maquillaje, mis bases, sombras, las brochas. Alucinó con las pestañas postizas. Decía que había visto a las latinas usarlas y que le encantaban, pero que nunca las había usado.

“Umm, pues si que tienes muchas cosas…se nota que compras bien jajajajaj” Lo que le acabó de rematar fue cuando le enseñe mi perfume Dolce&Gavanna. “Nena..tienes clase” me dijo. No os imagináis que ilusión me hizo que me dijese eso una chica bio, y una pedazo de mujer como ella. Ya habíamos pasado de la cerveza inicial a la copa, ella whisky cola y yo ron a pelo. “Bueno qué, te vistes o qué hacemos”. “¿Quieres que me vista?” respondí sorprendida, pero deseándolo como una loca. “Si claro, dependiendo de como te vistas te he de maquillar de una manera o de otra. Es importante que el maquillaje vaya con la ropa, y con la ocasión.”

Sin mas discusión la dejé con su whisky en el salón y le dije que me diera 10 minutos para vestirme. No había terminado cuando entró en el dormitorio. “¿Cómo vas cielo? ¿Te ayudo?”, y entró de golpe. Me pilló de espaldas, ciñéndome el corset, con unos pantis abiertos con costura y talonera que tengo y un tanga de tul transparente de Paky, la chica de Sevilla que hace esos tangas tan alucinantes – Paky, si lees esto, gracias cielo son preciosos –, con la tira bien encajada entre los cachetes de mi culo, y una camiseta de tul transparente negro debajo del corset. En definitiva, prácticamente desnuda sin estarlo. Bueno, ya sabéis de lo que hablo. Me dí la vuelta sorprendida tapándome y roja como un tomate. La vi mirándome con los ojos muy abiertos, muy sorprendida. “Tía ¡¡¡ ¿¿y esa ropa?? que pasada….” y se acercó y empezó a girarme para verme bien, por delante mirando bien mi polla ya morcillona pero aún dentro de un orden, atrapada bajo el tul, y por detrás, tirando del hilo del tanga para meterlo más. Me acarició el culo… y lo apretó con la mano. “¡¡¡Que duro lo tienes churri!” Después se separó de mi y me echó un ultimo vistazo de arriba abajo, pero su mirada había cambiado. Me miró con ese pequeño temblor que produce el deseo, en los labios o la mirada, pero con el que notas que te desean… “Venga, vamos a maquillarte”. “Espera que me ponga unos tacones” y abrí el zapatero y vio los 15 pares que tengo y eso creo que ya le venció. Se acerco por detrás de mí, despacio, mientras sacaba los mules de plataforma nuevos y me cogió de la cintura empezando desde mi culo y pegándose a mi costado suavemente me dijo: “¿Te vas a poner esos? Son super sexys…venga, que ya se como te voy a maquillar. Nena, te falta un nombre, ¿Cómo te llamo de chica?”. “Camille, me llamo Camille” le dije, ya totalmente liberada, cómoda, abierta, relajada… entregada.

En el salón habíamos puesto un espejo en la mesa y unas lámparas para tener buena luz. Cuando íbamos por el pasillo Marga se metió un momento al baño, yo la esperé sentada en la silla en frente del espejo. Salió a los cinco minutos con la cara retocada, con unos labios tremendos, rojos intensos, voluptuosos, y se había quitado el tanga bajo los leggins, era más que evidente por lo dentro que los tenia, era como verla desnuda sin estarlo. Creo que también que sabéis de lo que hablo. “Me he echado de tu perfume, espero que no te importe” y se inclinó hacia mi para que la oliese el cuello, rozándome con su pelo, pero sobre todo poniéndome sus tetas en el pecho.

La veía por el espejo, mirándome detrás de mi, de pie. Estaba colosal. Sus tetas me llegaban a la altura de la cara. Empezó por tocarme la cara despacio. “Primero hay que hidratar”. Me preparó la cara con el hidratante, y luego con las bases. Durante ese rato me encendí un cigarrito de verde. “Ay que rico Camille, dame una calada”. Yo estaba en la gloria bendita, cada vez más suave, más a gusto, y sin duda, cada vez más caliente. “Ahora los ojos” me giró la silla y se sentó delante de mi, y empezó a hacerme los ojos. Se tenia que acercar bastante, y nuestras piernas empezaron a tocarse, a cruzarse para estar más cerca. Su rodilla tocaba la parte interior de mi muslo y cada vez que ella inclinaba para ponerme la sobra se acercaba más a mi tanga, rozando mi polla. Yo ya estaba que no me podía aguantar, y ella también, tenia la cara sonrojada, pero la notaba tranquila, haciendo todo con parsimonia. Ya no había ningún disimulo, cada vez que me tocaba con la rodilla la polla en mi tanga lo hacia con más fuerza, y a mi me gustaba más porque cada vez la tenia más y más dura. Yo ya tenia mis manos en sus muslos, apoyadas como casualmente, y de vez en cuando se los acariciaba por encima de los leggins.

“Ahora el toque final” y me puso una de mis pelucas, la negra de media melena lisa que eligió ella. Me la peinó y me levantó de la silla. Me llevó delante de un espejo de pie que tengo en la entrada del salón y…madre mía. No me reconocía. Por fin estaba realmente guapa, por fin parecía la mujer que siempre había querido ser. Mi polla estaba a punto de reventar en el tanga, se veía claramente mi miembro duro y definido, atrapado bajo el tul. Al tirar la polla del tanga se estrechaba más el hilo en el culo, y eso todavía hacia que estuviese más caliente. Y Marga a mi costado, cogiéndome de la cintura y mirándome reflejada en el espejo, con sus leggins apretadísimos y con una sombra en su coñito. “Nunca he sido lesbiana, pero cielo, estás para comerte, de verdad”

“Pues cómeme mi amor” le dije yo, y empezamos a comernos los labios, sólo los labios. Muy despacio, y poco a poco a tocarnos con la lengua, pero suave, sin fuerza, chupando casi…suave y pequeño. Ya estábamos frente a frente y yo tenia mis manos en su culo y su coño, que ya había empapado a sus leggins, y ella..la muy cabrona me estaba pajeando despacio y metiéndome el anular en el culo….

Yo no paraba de gemir como una nenita, y ella empezó a decirme: “ como te gusta cerdita….mmm…me estas poniendo a mil”…yo cada vez estaba más perra, no sabía si quería follármela ya o que me metiera la mano entera.

Ni una cosa ni la otra. De repente me cogió la cara con ambas manos, y muy suavemente me dio un beso en los labios y me dijo: “vamos a jugar mi vida. Yo me voy a dejar llevar ……¿quieres?. Venga, vas a empezar por comerme el coño…”. Se quitó los tacones frente a mi, mirándome. Luego los leggins, que se le quedaron pegados en los labios…depilados..mojados, brillantes. Se volvió a poner los tacones, se sentó en el sofá, abrió las piernas y me dijo: “Ven, ven mi amor, devuélveme el favor, cómeme el coño..”

Se sentó con las piernas abiertas en el sofá mostrándome su vagina empapada. Yo me arrodillé y comencé a besarle los zapatos y los empeines, se los habría dejado puestos por algo ¿no?. Ella al ver esto se incorporó un poco. Me miraba como embobada, con la boca entreabierta, a pesar de no ser de piel clara tenia todo el cuello y la cara sonrojada. No podía estar más caliente con la situación. Comenzó a desabrochase la blusa, se sacó los pezones del sujetador y empezó a masajearse las tetas mientras me miraba. Yo estaba besándole ya las piernas, y veía sus muslos brillantes, empapados. Me estaba masturbando como una loca. Ella al darse cuenta, me puso el pie de la otra pierna en la polla y me dijo:” no te vayas a correr eh, tía, hoy vas a ser mía, ¿vale?” Ya no podía más. Me incorporé para comerla la boca, pero me paró cono su mano y me bajó la cabeza con energía a su coño, y empecé a pasarle la lengua. Despacio, apretando, pero sin rudeza, como si fuera un gran helado. Dios, estaba empapado, viscoso, salado..era todo hembra. Ella cada vez sacaba más el culo del sofá, ya le sujetaba los carrillos mientras arrodillada le comía el coño, le metía la lengua todo lo que podía y le mordisqueaba el clítoris. Estaba ya como loca, gimiendo con los ojos cerrados mientras con una mano me apretaba contra su coño y con la otra se tocaba las tetas. Yo ya pasaba mi lengua de su coño a su culo indistintamente y me masturbaba como una perra con mi cara enterrada en su entrepierna hasta que empezó a respirar más rápidamente, a apretarme más la cabeza, a agitarse más y más, hasta que súbitamente se arqueó y dio tres o cuatro sacudidas su cuerpo, con mi lengua, mi boca y casi hasta mi nariz en su coño y su culo y se corrió dando un gran grito, mojándome la cara entera, incluso se le escapó un poco de pis al final. Yo me corrí a la vez manchándola todo el culo y dejando perdido el sofá.

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