La inesperada llamada I.

La inesperada llamada I.
Mis vacaciones en Itapirubá y el Valle de Parabachasca, junto a otras experiencias me hicieron cambiar mi orientación sexual, de un heterosexualidad pasé a la bisexualidad, hasta que un día me dí cuenta que mi atracción hacia los hombres era casi nula y de hecho sólo tenía sexo con mujeres. Pasados los cuarenta años y próxima a los cincuenta no me arrepentía de lo vivido pero lo que debía vivir me excitaba.

En Parabachasca había logrado que una sexagenaria tuviera orgasmos luego de muchos años, aunque nunca me dejó compartir su sexo, es decir yo lo hacía con ella, pero ella nunca quiso hacerlo conmigo.

Un día domingo sonó mi teléfono en casa y era ella que me llamaba, iba a venir a Buenos Aires luego de muchos años para hacer varias cosas, sea tener contacto con la gran ciudad luego de muchos años, hacerse controles médicos anuales, ir a teatros, ver alguna exposición pictórica etc.

De la charla surgió la posibilidad de que viniera a mi casa, la idea era que colaborara en los gastos de mi departamento de dos ambientes, ella viviría en el living, aceptó si más y en una semana estaba conmigo.

Su estadía en el Valle de Parabachasca la había sacado de la obligación de vestirse a la moda y del cuidado intensivo de su cuerpo. A sus sesenta años tenía un físico privilegiado, un vientre chato y duro, sus piernas estaban bien torneadas y estilizadas. Pero sin duda necesitada retoques de todo tipo.

En la casa le expliqué como sería nuestra rutina, donde dormiríamos, como haríamos para comer, etc etc.La dejé sola en casa y me fui a trabajar, a mi regreso la encontré en el living viendo tv,mientras de la cocina salía olor a una buena comida. Cenamos y mientras ella lavaba los platos y acomoda la cocina fui al baño, me saqué el maquillaje y me bañé. Me envolví en la toalla de baño y salí, ella me vió y se fue a bañar.

Al rato siento que me llama, estaba desnuda en la bañera, la había dejado sin toalla, nos reímos a la vez que le deba otra toalla, me senté en una banqueta mientras ella se secaba, mis recuerdos sobre su figura eran tal cual, le ofrecí crema para el cuerpo y aceptó su seca piel, producto de su vida al aire libre lo requería.

Con delicadeza y lentitud se pasó crema por todo su cuerpo, me pidió y la ayudé a ponerse en la espalda, en ese momento mis vellos se erizaron y una especie de corriente eléctrica corrió por todo mi cuerpo. No quería hacer nada, quería que ella tuviera la iniciativa, sólo se dio vuelta y me agradeció. Se envolvió en la toalla y fuimos al living, se puso una remera y una tanga mientras yo seguía envuelta en mi toalla, dejando ver mis desnudeces o al menos insinuándolas.

Sus pelos, su piel y sus uñas requerían un service y se lo sugerí. Asi que le hice de manicura y pedicura, dejando sus uñas recortadas, prolijas y pintadas, aproveché para masajaerle pies y manos y sólo una gracias acompañada de una sonrisa.

Al día siguiente le sugerí que fueramos a un sauna y sala de masajes, tomamos el masaje juntas, desnudas, en el mismo lugar una al lado de la otra. Luego de un momento de reposo nos invitan ir al sauna, entramos y había otras mujeres envueltas en sus toallas, yo me desnudé y me senté ante la mirada absorta de ellas.

Mi amiga entró unos minutos después, se sentó a mi lado y se desnudó, al rato el sudor corría por sus senos, mis ojos se posaron en ellos, su pies transpirados se posaron sobre los mios, y una de sus manos tomó las mias a la vez que me dice al oído_estoy caliente.

Me apresuré a contestarle_ es por el sauna.

_No es por vos, me volvió a susurrar a la vez que largó una carcajada.

Las otras mujeres no advirtieron nada, o al menos eso creo. Ella se paró y se vació sobre la cabeza un balde de agua, la cual corrió sobre su cuerpo haciendo un juego de agua en su zona vaginal, donde se concentraba en su caída. Su tupido pubis me incitaba a besarlo pero no estábamos solas.

Ya en las duchas seguimos hablando de nuestras vidas sexuales, ella había vuelto a tener orgasmos con su esposo luego de muchos años, yo sólo había tenido relaciones con mujeres, pero desde mi regreso del Valle de Parabachasca no.

Ella me acotó que nunca se había acostado con una mujer, en el sentido que conmigo ella se dejó hacer y no me permitió que yo le hiciera nada, lo cual era cierto.

Así entramos y salimos del sauna alternando con las duchas frias unas tres veces.

Ya secas, luego de un descanso en bata fuimos al sector de peluquería, nos lavaron el pelo, nos tiñeron,peinaron etc.

Ambas salimos como nuevas, ella quería pasear yo me negué y le dije_Quiero saber cuan caliente estás…vamos a casa.

En el ascensor me besó tímidamente ya en casa, cerramos la puerta y nos tomamos de la mano, nos quedamos enfrentadas y sonreímos, mi boca buscó la suya y de a poco mi lengua penetró su boca, lentamente nuestras manos buscaron nuestras caras, nuestros ojos cerrados, mis manos en su nuca, nuestros labios sólo se separaban para vernos y sonreírnos.

Mis manos le sacaron el vestido, asi ella quedó en ropa interior, ella me fue sacando una a una cada prenda de vestir mis, besando mi cuerpo con delicadeza, mi suetér, mi pantalón, mi medias, hasta que ambas estábamos en ropa interior.

Nuestros cuerpos no podían evitar demostrar su excitación, con cierta violencia le saqué su tanga y cada una de mis manos fueron a sus nalgas con energía, llevé su boca a mi boca con más fuerza, ella estaba paralizada, con una mano llevé la suya a mis nalgas y ella me sacó mi tanga.

Nuestros pechos transpirados dejaban caer un hilo de sudor que se confundía uno con el otro, la dí vuelta, le saqué su corpiño, besé su espalda, su cola, quedé arrodillada frente a ella y besé su tupido pubis, que por la transpiración tenía un olor salvaje, con mis labios besaba sus vellos con suavidad y ella dejó caer su corpiño sobre mi cabeza.

Me paré le sonreí y le dije-querés ir al dormitorio?

No fue necesaria una repuesta ella tomó mi mano y me guió a él.

Pero eso es otra historia

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