La putita traviesa domada. Parte 6

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La putita traviesa domada. Parte 6
Estaba totalmente clavada y sin poder hacer nada. Mi culo estaba abierto de par en par y la poderosa verga de la amiga de mi novia había penetrado completamente en mí ensartándome como a una aguja.
Sentía un dolor horroroso y de mí sólo salían lágrimas y lastimeros sollozos rogando que parara por favor.
Mi novia se acercó y me cogió de los pelos. Me levantó la cabeza y puso una correa alrededor de mi cuello.
– ¿Como te sientes, putita? – me decía – Así me siento yo cuando tú me la metes por detrás, perra – continuó diciendo.

Su amiga Leo, estaba acomodándose para seguir taladrando mi culito.
Empezó a moverse hacia fuera y la sacó casi entera para volverla a meter otra vez por completo.
Yo estaba completamente rendida y agotada por el esfuerzo que estaba haciendo para no ser penetrada y empecé a darme por vencida.
Leo estaba campando a sus anchas en mi interior y cada vez se movía con más ritmo.
Sacaba su polla por completo para que mi culo se cerrara pero en menos de una décima volvía a taladrarme con su enorme cabeza de nabo.

– Tu putita me está dando mucho gusto en la polla, nena – le decía a mi novia – creo que no voy a parar de follármela durante un buen rato. De hecho, me la voy follar en todas las habitaciones de la casa
Y agarró la correa que mi novia me había puesto en el cuello y me levantó de donde estábamos para obligarme a ir a otra habitación. Y me obligó a hacerlo sin sacarme la polla del culo, por supuesto.

Así me llevó caminando por la casa hasta que entramos en el salón y me puso a cuatro patas en el sofá.
Mi novia seguía de cerca todos los pasos por supuesto y también seguía jugueteando con el vigrador. Leo le dijo:
– Ven aquí cariño, que tú también tendrás lo tuyo.
Mientras seguía follándome noté como la cogió por la cintura y la morreó llenándole la boca con su lengua.
Mi novia se estremeció y dijo:
– Mira que putita tengo en casa, con lo chiquitita que es y le cabe toda tu polla. Jajajaja – rieron las dos
Mi novia se puso delante de mí y me levantó la cabeza poniéndome su sexo en mi cara
– Chúpame el coño, zorra – ordenó

Yo estaba completamente reventada, porque la polla de Leo seguía entrando y saliendo de mí a su antojo y cada vez que lo hacía la sacaba entera para que mi ojete se cerrara y ella lo volvía a abrir sin piedad con todo el diámetro de su tranco. Dolorida y exhausta tuve que obedecer a mi novia y empecé a lamerle el clítoris.
Ella estaba muy muy húmeda. Se notaba que estaba disfrutando de lo lindo viendo como me violaban mientras ella se rozaba con el vibrador.

– Eso es lo que mejor sabe hacer esta puta – dijo mi novia, a lo que Leo respondió – sí, eso parece, pero tiene un buen agujerito. Me encanta clavar mi polla en este agujerito – Y seguía clavándomela sin piedad.
Yo estaba completamente a la merced las dos hembras que me estaban usando a su antojo, algo que siempre había deseado pero que nunca llegué a pensar que ser fuera a hacer realidad, y menos de esta manera.
Ya, totalmente agotada, mi culito se fue relajando a fuerza de mi cansancio de apretar que servía más bien de poco.
Y poco a poco, casi sin darme cuenta, mientras le comía el sexo a mi novia, la penetración de Leo subía de frecuencia y yo me sentía cada vez menos incómoda y el dolor se iba tornando en un sutil placer que iba creciendo suavemente.
Ésto, evidentemente empezó a cambiar las tornas.

La frecuencia y el movimiento de Leo estaban empezando a cautivarme y el movimiento de mi lengua en el clítoris de mi novia estaba haciendo sus delicias también
– La puta de tu novia está completamente domada, nena ¿has visto que no fue tan difícil?- le dijo Leo a mi novia
Mi novia casi no podía hablar, sólo se le escuchó decir entre gemidos:
– Que no pare…
Leo aceleró el movimiento de sus caderas y lo que antes era un movimiento desgarrador, se estaba convirtiendo en un movimiento cautivador. La verga de Leo estaba empezando a poseerme como lo hizo antes por mi boca, pero la posesión se multiplicaba por momentos. Su movimiento alternaba. Cuando su polla estaba completamente en mi interior, me volvía loca, porque hacía movimientos circulares y no sé donde estaba dando, pero daba en un sitio que yo no podía resistir del gusto y mis sollozos se convertían en alaridos de placer que eran ahogados por mi novia, que agarraba mi cabeza fuerte contra su vulva para que no dejara de lamerle el clítoris.

Mi pene había tornado hace rato ya hacia la erección incontenida. Yo apretaba ahora fuertemente mi trasero para no dejar escapar la verga que otra vez me había vuelto a manipular a su antojo con su poder. Leo seguía clavándomela cada vez más fuerte y cada vez se quedaba más tiempo dentro de mí haciendo esos movimientos circulares que me estaban volviendo loca.
Hice un ademán para agarrarme mi pollita y masturbarme pero Leo no me dejó
– Quieta puta, no se te ocurra tocarte y menos correrte, guarra.
Yo tuve que meterme el resuello para dentro, porque en realidad estaba a punto de caramelo. Pero la orden de Leo prevaleció sobre mis ganas y me aguanté como pude.
La que no pudo más fue mi novia, que se corrió en mi boca con un fuerte alarido, vaciándose como no había visto yo nunca. Leo, viendo lo que ocurría, se acercó a mis oídos y dijo?
– Ahora puedes correrte maricona – y metió su polla otra vez hasta mis entrañas realizando los movimientos circulares que daban donde a mí más me gustaba.
Evidentemente me corrí como una perra y sin tocarme. Nunca había echado tanta leche en mi vida. Puse el sofá perdido.
Leo había conseguido que nos corriésemos mi novia y yo con su bastón de mando

Mi novia, respiró un poco – Uffff, menuda corrida, vamos a por otra….
Yo me quedé tumbada boca abajo y Leo por fin se retiró de mí. Pero cogió a mi novia y la puso contra la pared. Su polla era inmensa. Mi novia le ofreció su chochito pelón como una perra en celo, y Leo se la metió por detrás y de una vez. Mi novia la recibió con agrado y empezó a gemir a los dos segundos
– Por fin una polla de verdad – gritaba de gusto. Y Leo le contestaba – Claro nena, esto es lo que suele pasar si tienes a una nenaza por novia. Yo te voy a dar lo que tú estabas esperando ahora que ya te ha calentado tu perrita con su lengua.
Y se la folló a gusto mientras yo miraba impotente la escena.
Lejos de m*****arme, empecé a excitarme de nuevo viendo como mi novia gozaba de las penetraciones indiscriminadas que Leo le proporcionaba. La tenía cachonda como yo nunca había visto a una mujer. Tan cachonda estaba que le ofreció su ojete también, lo que su amiga aceptó sin dudar y lo penetró igual que penetró el mío unos minutos antes. Los gritos de gusto de mi novia cuando se la metió por el culo me pusieron a mí a tope.

Yo estaba cachonda otra vez como una perra y mi novia se seguía corriendo del gusto. Si se la metía por delante, se corría y cuando se corría se la sacaba para metérsela por detrás. Y mi novia se volvía a correr al instante. No sé cuantas fueron, pero fueron muchas.
No pude resistirme a la tentación y me acerqué al trasero de leo para respirar ese aroma que al principio no me gustó pero que ahora incluso me lo quería comer.
– Mira la perrita que se ha acercado hasta aquí – dijo Leo sonriendo y sin parar de penetrar a mi novia me dejó que respirara su entrepierna por detrás y me también me dejó un pie para que me rozara mi pollita con él. Yo metí mi nariz todo lo que pude y acerté a lamer también con mi lengua su aroma mientras rozaba gustosa mi pene con el pie de Leo.
Y así estuvimos hasta que la super polla de Leo se descargó con gusto en el culo de mi novia.
Yo también me corrí otra vez ahora sobre el pie de Leo. Increíblemte, después de mi primera corrida yo creía que no tenía más que echar, pero descargué una gran cantidad de líquido semitransparente y me quedé de nuevo derrotada.
Cuando Leo la sacó, el culo de mi novia chorreaba leche de su amiga hasta los pies. Yo, como buena perrita, me encargué de lamer desde los pies de mi novia hasta su culo y desde el pie de Leo hasta su polla.

Leo me había follado a mí, se había follado a mi novia y yo estaba disfrutando como una buena zorra cornuda.

Descansaron un momento. Leo se tumbó boca arriba en el sofá y me ordenó que se la chupara. Yo obedecí al instante. Increíblemente su verga seguía tiesa y dura como un palo. Mi novia se ausentó por unos minutos mientras yo relamía por todos lados la polla de su amiga y ella reposaba en el sofá
Al poco tiempo, regresó mi novia y dijo:
– Bueno, veo que tenemos a una perra insaciable. Menuda zorra estás hecha. – Y entonces añadió algo que me sorprendió:
– Bien putita, como al final te has portado bien y lo prometido es deuda, te dije al principio que si me hacías caso en todo, yo haría lo que tú quisieras, así que… dime….

Yo la miré agradecida y la puta que estaba en mi interior volvió a dominar la situación
– Quiero que me folles tú cariño – le dije
Mi novia y su amiga rieron con ganas y ambas se dijeron a la vez?
– La putita traviesa ya está domada.

Mi novia sacó un strapon, y mientras yo le comía de nuevo con ganas la impresionante polla a Leo, me empaló hasta que me volví a correr del gusto

Así fue como mi novia domesticó a la putita traviesa que había en mí

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